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Entre sus múltiples amenidades, Tamara cuenta con dos canchas de pádel, el único deporte que combina los mejores elementos del tenis, el ráquetbol y el squash. ¿Sabes cómo se creó este deporte que puso a México en los reflectores del mundo deportivo en la década de los setenta?

Estamos en 1969 y Acapulco está en el apogeo en cuanto a paraísos turísticos se trata. En su finca de Las Brisas, el empresario Enrique Corcuera idea una forma de divertirse competitivamente con su familia y amigos.

Aprovechando un muro de su finca, instala unas paredes de 3 metros en los fondos y de 2 metros en los lados de una pista de 20 metros de longitud, para que la vegetación no invadiese el terreno.

Estas paredes, la colocación de una red en medio de la pista y el espacio libre para la entrada y salida de personas por los laterales, dieron paso al nacimiento de una nueva práctica que revolucionaría la historia del deporte en el mundo: el pádel, que en sus inicios también se conoció como Pádel Corcuera.

Aunque existen varias historias sobre el origen del pádel, la Federación Internacional de Pádel afirma que este deporte nació en nuestro país a través de la inventiva del empresario mexicano.

Las reglas de puntuación y la pelota eran las mismas que las del tenis, con la diferencia de que se podía continuar el juego si, después de botar en el suelo, la pelota rebotaba en las paredes. Las raquetas empleadas eran las mismas que se utilizaban en Estados Unidos para el “Platform Tennis”, solo que más cortas y sin cuerdas.